El ágata negra comparte cualidades con otras piedras negras como Obsidiana negra. Las piedras de este color tienden a ser altamente enraizantes y ferozmente protectoras.
Emite una energía calmante que puede aportar paz interior a alguien que acaba de perder a un ser querido y sufre un duelo. Quienes atraviesan un duelo pueden encontrar en las energías calmantes del ágata negra el empujoncito que necesitan para superar cada día.
Es una piedra impresionante para quienes necesitan motivación para perseguir sus objetivos. Muchos de nosotros tenemos grandes sueños, pero muchos no creen en sí mismos lo suficiente como para alcanzarlos. Con trabajo, intenciones y concentración, el ágata negra te ayuda a adquirir la autoconfianza necesaria para impulsarte hacia el futuro que hayas elegido.
Una de las mejores propiedades curativas del ágata es su capacidad para neutralizar el aura. Su objetivo es armonizar la energía del entorno local, permitiendo que la energía positiva prospere al tiempo que elimina la amenaza de la energía negativa.
Se dice que aporta claridad, control y concentración en todos los escenarios. Es una piedra estupenda para usar en casa si sueles estar tenso o nervioso. El ágata negra calma la ansiedad y alivia la tensión en el ambiente.