El ágata es una de las piedras protectoras más importantes. Mantiene alejadas las energías negativas y conduce al equilibrio interior.
Las piedras curativas de ágata pueden aportar ideas y ayudar con muchas dolencias mentales y físicas.
Como piedra protectora, fortalece la confianza en sí misma, promueve la autoaceptación y da comodidad.
Aumenta la concentración y promueve el pensamiento racional.
Control eficiente del estrés, Creatividad, optimismo, confianza en sí mismo, Resolución de tensiones y conflictos emocionales, Reducción de miedos y pesadillas, Desórdenes del sueño, estados de ánimo depresivos.
Trabaja sobre el Chakra de la garganta,